domingo, 13 de enero de 2008

CUANTO O COMO PAGAN LOS ARGENTINOS AL ESTADO


Entre el 30% y el 40% de lo que se gana se destina a pagar impuestos


La presión de los impuestos en los bolsillos de los argentinos es récord, y duplica a la de 2002. Un 80% de la gente considera que los tributos son "altos" o "muy altos". Los asalariados pagan el 50% de la recaudación.


Por:
Sebastián Campanario

El peso de los impuestos en la Argentina






Por estos días, los impuestos y el calor tienen más de un punto en común. Ambos llegaron a niveles récord, agobian a muchos y son amplificados por la "sensación térmica". Mientras que en 2008 la incidencia de impuestos sobre la economía ("presión tributaria), superará por primera vez el 30% y será casi el doble que en 2002, ocho de cada diez encuestados por Clarín.com consideran "altas" o "muy altas" a las obligaciones impositivas.

En las últimas semanas, el tema se calentó por varios motivos. Los aumentos en el ABL, la suba del 7% al 11% en los aportes, las recategorizaciones en el monotributo y los incrementos en las retenciones se conjugaron con otros fenómenos que afectaron de lleno el bolsillo de la gente, como las subas en el transporte, en las prepagas o "el exceso de endeudamiento de las familias que consumieron mucho en 2007", marca Victoria Giarrizzo, del CERX, "un fenómeno que los economistas subestiman".

Hubo hasta octubre una política de ingresos muy fuerte, que comenzó a ajustarse después de las elecciones, a nivel nacional, provincial y municipal. "En octubre el sueldo creció por la suba del mínimo no imponible en Ganancias, en diciembre llegó el ABL con anabólicos", grafica el fenómeno un consultor.¿Quiénes son los que más pagan impuestos y los que lo hacen en menor medida? Lo que sigue es un identikit tentativo:Suenan los tambores para recibir a la primera atracción circense: Octavio Paganini, "el hombre más gravado de la Argentina". Este personaje ficticio vive en la ciudad de Paraná, Entre Ríos, cobra un sueldo medio-alto en blanco; destina a consumo el 100% de sus ingresos, fuma como un escuerzo, bebe en exceso, no está casado ni tiene hijos y por las noches, como sufre de insomnio, sale a manejar centenares de kilómetros en su coche con alto consumo de nafta. Es adicto a los objetos suntuarios, no para de hablar por celular y recientemente se dio un lujo: compró una embarcación deportiva de más de $ 140.000, a la que declaró de inmediato.

Ahora vuelven los tambores para darle la bienvenida a la segunda atracción: llamémosla María Moratoria Offshore, "la contribuyente mínima". Reside en Río Grande (Tierra del Fuego), atiende ella misma su carnicería (uno de los rubros que más evade), no se engancha ni con el alcohol ni con el tabaco y deposita, a nombre de una sociedad en las Islas Cayman —no declarada— la mayor parte de sus ingresos.

A pesar de las bajas temperaturas, va a todos lados en bicicleta y los pocos objetos que compra son fabricados en su provincia, que goza de promoción industrial. Según un reciente estudio del IERAL, que relevó la presión tributaria de 25 ciudades, con un 38,7% de incidencia impositiva Paraná resultó la más costosa para los contribuyentes, seguida de Córdoba y La Plata (37,6%).

En la otra punta de la tabla, por las exenciones, Río Grande registró un 24,1%, Formosa un 32,4% y San Salvador de Jujuy un 32,5%.Por niveles de ingreso, los asalariados se llevan la peor parte: generan el 50% de la recaudación y tienen una participación de apenas el 25% en el PBI, de acuerdo a un estudio que manejaba meses atrás el recaudador bonaerense Santiago Montoya.

"Los pobres son los más gravados", dice Mariano Lamothe, de Abeceb.com. Luciana Díaz Frers, del Cippec, calculó que el IVA pesa casi el doble en los ingresos del 10% más pobre que en el 10% más rico. En proporción, la gente que menos gana sufre más los embates de los impuestos directos, como el IVA o Internos, porque su sueldo se va casi en un 100% a consumo.

"Lo que le da progresividad —el hecho de que los ricos paguen más en proporción, y por lo tanto mejore la distribución del ingreso— al sistema es Ganancias", marca una fuente de la AFIP. "Hoy quien gana un sueldo alto debe tributar tasas 'suecas', con la diferencia de que no vive en los países nórdicos y muy probablemente pague aparte salud y educación privada"."La gran regresividad" (que empeore la distribución del ingreso después del pago de impuestos), agrega la fuente, "se da por el hecho de que los deciles más ricos no tienen su renta financiera gravada".

El otro punto a considerar es que la presión tributaria, al calcular recaudación sobre PBI, esconde en el promedio una enorme diferencia de obligaciones entre los que están en blanco y en negro.

El norteamericano Benjamín Franklin solía decir que "hay dos cosas inevitables: la muerte y los impuestos". La frase no tiene tanta aplicación en la Argentina, donde la evasión tributaria ronda, según algunos estudios, el 40%. Esto eleva la proporción de impuestos sobre ingresos para quienes están en blanco al 40%.El reclamo de baja de tributos por una supuesta mayor presión sobre los "formales" está extendido entre los think tanks ortodoxos.

Para Alberto Abad, el director de la AFIP, tiene un defecto: "Los formales no lo son tanto porque recurren a paraísos fiscales y tienen un staff de asesoramiento jurídico y contable para disfrutar de las ventajas de la elusión internacional", dijo en un congreso tributario. Y agregó que no conoce a ningún zapatero o quiosquero que tenga una offshore". Salvo María Moratoria, pero ese es un caso perdido.


"Me queda menos de la mitad del sueldo"
"No tengo muy claro cómo es la situación con respecto a otros países, pero el peso de los impuestos en mi bolsillo es muy alto. Ya hace 10 años que trabajo y nunca los impuestos fueron una parte tan importante de lo que gano".

Hernán Oliver trabaja en un banco en el microcentro porteño y vive en un departamento sobre la avenida del Libertador, en Núñez. Ya sea por el barrio o por las características del edificio, forma parte del grupo habitantes de la ciudad que más afectado se vio por los recientes aumentos en ABL. En su caso, asegura, la nueva boleta anual es un 260% más cara que la de 2007. "Por cada 100 pesos que pagaba antes, ahora pago 360", explica, para que no queden dudas sobre el volumen del incremento.

Aunque no se queja puntualmente por esta suba, si se muestra disconforme por cómo se llevo a cabo: "Estoy de acuerdo con el aumento, pero debería haber sido gradual".Cuando se queja del nivel de los impuestos, Oliver lo hace a partir de su propio cálculo, bastante detallado. "Por cada 100 pesos que la empresa en la que trabajo destina a mi salario, nada más que 80 conforman mi sueldo en bruto. Después de las retenciones de Ganancias, y el pago de la AFJP y otros impuestos, me quedan 56 pesos en mano.

Y en casi todo lo que consumo pago un 21% de IVA, así que, de gasto efectivo, quedan más o menos 45 pesos".La resta, dice Hernán Oliver, no termina ahí: "Todavía hay que considerar el ABL, que en mi caso representa aproximadamente el 2%, la patente, Bienes Personales y otros impuestos ocultos como los que pago cuando le cargo nafta al auto, que no sé cuáles son pero creo que son bastante altos. Entonces, lo que me queda para consumir es mucho menos de la mitad de lo que la empresa destina a mi salario. El resto se va en impuestos".


La mirada de Cristina
La primera referencia de la presidenta Cristina Fernández al tema impositivo tuvo que ver con la intención de comenzar a cobrarle el Impuesto a las Ganancias a los Jueces. La medida no cambiaría el mapa de ingresos del Estado, pero sí es vista como un paso para consolidar la Justicia tributaria.En la misma línea, hace 3 semanas, el ministro de Economía Martín Lousteau afirmó a Clarín que está entre sus intenciones comenzar a gravar los plazos fijos, que hoy están exentos del pago de Ganancias. Economía anunció luego que no se estaba trabajando concretamente en esa línea, sino que la frase reflejaba una aspiración de mediano plazo.

"Las alícuotas son demasiado altas"
Jorge Bienati, propietario de una empresa pyme textil en Moreno, provincia de Buenos Aires, cree que la cuestión impositiva en Argentina presenta tres grandes problemas.

El primero, sostiene, es "la falta de transparencia y estabilidad" en los tributos, surgida, sobre todo, de que "hay tres organismos que cobran impuestos: la Nación, las provincias y los municipios, que, además, sólo deberían tener tasas por contraprestaciones que hoy no dan".

El segundo problema, dice, es el de la administración en las PyME. "El trabajo es tremendo y hace que los contadores, en vez de asesorar sobre el manejo del negocio, tengan que dedicarse casi exclusivamente a los trámites impositivos".El tercero problema: el empresario textil también cree que las alícuotas son demasiado altas.

Y pone como ejemplo el revalúo inmobiliario que se hizo en la provincia de Buenos Aires durante la administración del gobernador Felipe Solá: "Algunas propiedades subieron un 500% y quedaron incluso por encima de los valores de mercado".

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